XIIII La Templanza - Encabezado XIIII La Templanza - Encabezado

XIIII La Templanza

¿Somos ángeles que perdimos las alas? ¿Cómo hacemos para volver a tomar contacto con lo sublime?.

La Templanza es una carta que simboliza la calma después de la tormenta (de La Muerte). Sentimos una alegría interna, descansamos en el regocijo del Alma que ha atravesado un período tortuoso, que ha sabido recuperar la alegría interna porque integró el dolor como parte de la existencia. Es una entrega, una emoción por el contacto con lo trascendente, con ese algo más grande. Si hicimos el trabajo de la Carta de Tarot anterior, estamos más templados. 

Hay alivio, apertura, confianza, sensación de protección. Es como si nuestro “yo” aprendiera a negociar con nuestro “sí-mismo”, con nuestro ser más grande. El Alma empieza a mirar hacia lo alto, comprendiendo que la vida incluye lo conflictivo.

Pero también es una carta muy riesgosa, porque el ego tiende a creer que “se espiritualizó”. Lo han llamado inflación espiritual. Si el ego se apropia del proceso, decimos pavadas, como que ahora nos alejamos de gente que no vibra como nosotros, porque sintonizamos con otra cosa, porque captamos otro nivel de realidad. ¿Eh? ¿Alejarnos? ¡Si el verdadero proceso apunta a unirnos! Negar lo conflictivo, querer dejarlo en manos del ángel de la guarda, no es resolverlo. La falsa humildad nos desconecta de nuestra imperfecta humanidad.

El agua que fluye entre las dos vasijas representa al diálogo entre el sentir y el pensar, entre lo masculino y lo femenino, lo consciente y lo inconsciente… todas las polaridades, todas las aparentes oposiciones, circulan, se mezclan, fluyen. La Templanza nos inspira para que el ego sea cuestionado, para seguir con el proceso, para cultivar la conciliación, la moderación, el camino del medio, el respeto. Tenemos una nueva paz interior, pero el Viaje Del Héroe continúa.